by EL CHEF » Wed Jul 26, 2006 12:05 am
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De: AMENGUAL GABRIEL
Enviado el: Lunes, 24 de Julio de 2006 17:47
Para: JUAREZ CARLOS GUSTAVO; MAYOCHI HORACIO JAVIER
Asunto: Para Charly? mmm…. que ironia, no?
“CALAMARO QUERIDO!”: Cuando el rock rinde tributo
Calamaro querido! (Cantando al salmón) es un disco doble que rinde tributo, merecidísimo por cierto, a la figura de Andrés Calamaro, pero que también deja establecido que el recurso del festejo a una obra se ha transformado en una tendencia que está aquí para quedarse y que promete expandirse en los meses venideros. Más allá de esta edición específica (de la que ya nos ocuparemos), esta costumbre deja flotando algunas preguntas que convendría formular. La profusión del disco homenaje dentro del rock nacional… ¿a qué responde?
Hay dos respuestas que caen de maduras. Una de ellas puede ser que ante un presente opaco del rock nacional, se ha elegido mirar días y obras mejores, por que no existe en el presente una oferta de canciones tan buenas como las de otros tiempos. La otra es que en sus 40 años de historia, el rock nacional ha generado un buen número de trayectorias sólidas en canciones contantes y sonantes, y que eso hace inevitable la hora del reconocimiento por parte de nuevos artistas, a aquellos que los inspiraron. También se podría decir que es un excelente negocio y una variante legítima de confección musical, muy abordada en mercados del mundo desarrollado. Y además que es un nuevo modo de potenciar figuras menores colocándolas al lado de otras mayores.
Uno de los primeros discos homenajes de la historia fue realizado por la banda británica The Hollies con su álbum Hollies sings Dylan, en 1968. Claro, después del éxito se apiolaron y su próximo disco fue Hollies sings Hollies, inaugurando así la era del auto-homenaje que, sabiamente, puso en vigor aquí el extrañadísimo Pappo con Pappo y amigos. En el rock nacional, el primer gran antecedente es el excelente Fuck you!, un CD doble que reinterpreta la obra de Sumo. Le siguió el Tributo a Sandro, y homenajes underground muy interesantes a Soda Stereo y Charly García. Sin embargo, Inconsciente colectivo de Fabiana Cantilo fue el que asentó el género tributo de la producción rockera argentina en la actualidad, aunque se tratara de una intérprete haciendo un disco de covers de rock nacional, idea que pusieron en práctica con anterioridad Juan Carlos Baglietto con Acné, y Charly García con su alter-ego Cassandra Lange en Estaba en llamas cuando me acosté, pero ya abordando lo internacional.
Una vuelta de tuerca interesante surge cuando una o más bandas se reunen para hacer versiones de un intérprete pero con un estilo definido. Hayseed Dixie, una oscura banda norteamericana, logró lo increíble con versiones hillbillies de… AC/DC (colosales). También hubo homenajes en tiempo de reggae y clave cubana (Here comes el Son) a The Beatles.
Y después vino el aprovechamiento descarado que, al comienzo, con Rita Lee haciendo temas de The Beatles con arreglos de bossa nova, tuvo cierta gracia, pero que luego degeneró en productos meramente comerciales (y muy efectivos en ese terreno) como Bossa’n Stones y Bossa’n Marley, que ahora encontraron un correlato en Floyd: a chillout experience, que también apela al recurso de aplicar ritmos bossa y atmósfera lounge a un repertorio de rock clásico.
El tributo en sí mismo se ha transformado en una suerte de sub-industria dentro de la música, que agrupa tanto a los álbumes homenajes como a las bandas tributo y a los locales que potencian la movida. Dentro del rock nacional esta iniciativa -que como ya anticipó Sony/BMG será continuada en el tiempo- parece tener cuerda para rato: Calamaro querido! debutó primero en ventas.
Sergio Marchi
Plaza At Sensus 